Al mismo tiempo que Suiza celebra los 150 años del primer Tratado de Amistad y Comercio entre la Confederación Helvética y el Taikun, que corresponde a las primeras relaciones comerciales entre los dos países, Jaquet Droz rinde un homenaje excepcional a un país que aprecia particularmente: Japón. Desde su creación en el Siglo de las Luces, la Manufactura de La Chaux-de-Fonds siempre ha mantenido una relación particular con Japón. Los paralelos artísticos y creativos, el deseo compartido de los oficios artísticos y la excelencia del trabajo manual siempre han ido acompañados por la misma fascinación por el desafío mecánico. Los relojes, exportados a partir del siglo XVIII por medio del agente londinense James Cox encarnan esta relación de fascinación mutua. Los autómatas androides (una de las especialidades más sorprendentes de Jaquet Droz) tienen una relación con las karakuri ningyo, las muñecas automáticas fabricadas en la misma época en este Extremo Oriente. Así pues, desde casi tres siglos, Jaquet Droz y Japón no han dejado de establecer vínculos privilegiados, impregnados de admiración y una fascinación mutua.
Cuando Maurice Béjart presenta la IX Symphonie de Beethoven en 1964, se convierte rápidamente en una de las obras maestras de su repertorio: un gesto increíble que celebra la fraternidad de los hombres y la fusión íntima del cuerpo y la música. Para celebrar este acontecimiento, la marca de las dos estrellas presenta en Tokio dos relojes inspirados en las coreografías más emblemáticas de Maurice Béjart.
Poderosamente evocadores, ambos relojes encarnarán la unión entre la música, la danza, el arte y la gracia del movimiento. Para descubrir el lunes 10 de noviembre.
Estas versiones exclusivas limitadas a 28 piezas cada una reafirman la dinámica vanguardista de este modelo esqueleto y se imponen en la Alta Relojería contemporánea.
La Casa ha obtenido la certificación del Consejo de Joyería Responsable (RJC), que garantiza una cadena de suministro respetuosa a nivel mundial.
Estas nuevas composiciones se rigen por el signo del animal del nuevo calendario zodiacal chino: el buey.