Tourbillon Skelet Red Gold - Catrina Skull
Las horas y las flores de la Señorita Catrina
Lleva por nombre Catrina. Es una de las peculiares encarnaciones femeninas de la muerte durante el Día de Muertos mexicano. Jaquet Droz se ha inspirado en este personaje atípico, exuberante y disruptivo, en sintonía con su propio enfoque de la artesanía artística. El resultado es una pieza única en oro rojo, que hace gala de una deslumbrante maestría en micropintura, motivos en oro y esmalte Grand Feu, para el disfrute de un único coleccionista.
Es una figura rodeada de un cierto misterio. No se conoce con exactitud su año de nacimiento. ¿1912? ¿1913? Esta calavera, emblemático icono de la fiesta de los muertos de México, parece salida de la imaginación de un ilustrador. Si bien las primeras calaveras femeninas datan de 1889, hubo que esperar hasta 1930 para que esta figura recibiera su nombre oficial: Catrina. Esta majestuosa dama franquea con consumada facilidad las décadas e incluso los continentes, ya que, un siglo más tarde, hace acto de presencia en los talleres de Jaquet Droz en La Chaux-de-Fonds.
Con esta pieza única, Jaquet Droz pone de manifiesto su independencia, e incluso una cierta impertinencia. Y es que, con su Catrina, la Casa se aleja de los tópicos masculinos asociados a los motivos skull y ofrece una visión neorromántica de la calavera mexicana. En este modelo descubrimos una rupturista figura llena de color, rodeada de una corona de flores. Desde la perspectiva naturalista que impulsa a la Casa desde hace tres siglos, Jaquet Droz hace suyo este mito florido y luminoso de la cultura mexicana.
La figura de Catrina ocupa dos tercios de la parte derecha de la esfera. La riqueza está en los detalles: los dos tonos blancos repartidos entre el rostro y la sonrisa, con dos niveles de contraste diferentes; las sutilísimas variaciones de rosa y violeta; el puntual matiz dorado que aportan las dos agujas de oro rojo; o ese verde que aparece claro y brillante por momentos, oscuro y amenazante otras veces.
Este contraste se ve reforzado por la diversidad de las artes aplicadas. La cabeza de Catrina está ejecutada en micropintura, pero la base floral, en la parte izquierda de la esfera, es de esmalte Grand Feu. El follaje está grabado a mano sobre la base de la esfera de oro de 1,1 mm de grosor. Cada hoja, de profundidad diferente a las demás, se rellena con polvo de esmalte y se cuece varias veces.
Los puntos de oro que aparecen no están pintados a mano; se trata de unos motivos en oro conocidos en relojería como paillons. Esta técnica, empleada por Jaquet Droz desde hace casi tres siglos, consiste en encerrar minúsculos motivos cincelados a mano en una lámina de oro bajo una fina capa de barniz invisible. En la misma línea, el trazo sutil de la micropintura aplicada a mano contrasta con la precisión relojera del tourbillon expuesto a las doce en punto: en el seno de su órbita ocular, despliega una maquinaria de alta relojería con una reserva de marcha de ocho días. Al tratarse de un tourbillon volante, carente de puente superior, se revela por completo el órgano regulador del reloj. Este ballet coreografiado al milímetro impone una medición rigurosa del tiempo que parece desafiar a una Catrina despreocupada por el paso del tiempo, con un rigor que ella parece ignorar con elegancia.
En la parte del fondo, esta gran dama del Día de Muertos reivindica su feminidad con un último guiño visible solo para el coleccionista: su masa oscilante nacarada está decorada con dos apliques estrellados en oro, bordeados de un follaje multicolor. El reloj Catrina Skull en caja de oro rojo de 39 mm, una creación elaborada íntegramente a mano por los artistas de Jaquet Droz, está disponible para un único coleccionista.
