20 Julio 2018

LA INCREÍBLE RESTAURACIÓN DE UN AUTÉNTICO PÉNDULO JAQUET DROZ

A través de los siglos, el péndulo construyó su propia leyenda y formó parte de imperios antes de volver a su cuna casi por casualidad. El péndulo del pájaro cantor de Jaquet Droz es una aventura excepcional en la historia de la relojería.

Jaquet Droz, Singing Bird Clock, Automates Et Merveiles, Singing Bird Clock, Ambiance

Es uno de los desafíos relojeros más enigmáticos de los últimos años: una historia que atraviesa siglos e imperios, narrada con la majestuosidad característica de Jaquet Droz. Al comienzo, la maestría de un hombre: Pierre Jaquet-Droz (1721 – 1790). El relojero de La Chaux-de-Fonds es hoy en día reconocido como un maestro relojero consagrado, por el reloj de bolsillo más sofisticado y por los autómatas de los que fuera un precursor comprometido.

Los pájaros cantores eran una de sus numerosas especialidades. Estas creaciones animadas representaban a un pájaro, a menudo de tamaño real, que producía variadas melodías en jaulas suntuosamente decoradas. Estos pájaros, según una moda de los siglos XVIII y XIX, eran generalmente pajarillos, o «serins» en francés, el término que inspiró el nombre de estas creaciones: «serinettes».

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Una de estas piezas reapareció misteriosamente en 1983 en el Museo de relojería de Le Locle. No cabe duda sobre su autenticidad: la creación tenía la firma del maestro, «P Jaquet Droz A La Chaux de Fonds». ¿De dónde venía? Un coleccionista inglés la cedió al Museo. Desgraciadamente, antes de él, el rastro del reloj se pierde desde 1917, fecha en la que un anticuario de Lucerna lo puso en venta. Aún más, una denominación muy particular le atribuía un destino imperial: «Péndulo Imperio (…) regalo de Napoleón I a una princesa wurtemberguesa».

Con motivo de sus 280 años, Montres Jaquet Droz respaldó la restauración y la datación de este misterioso péndulo, encargada por la asociación «Automates & Merveilles» a un equipo de expertos de alto nivel. Esta investigación, que duró varios meses, reveló varios secretos, comenzando por el funcionamiento preciso del autómata. Se trata de un motor de doble caracol-cadena (de 1,80 metros cada uno), cuya platina trasera ostenta la firma «P. Jaquet Droz A La Chaux de Fonds». Por su parte, el movimiento relojero está equipado con un escape de rueda de encuentro y da las horas y los cuartos de hora con dos campanas. El pájaro cantor se encuentra en una jaula que corona el gabinete. Interpreta seis melodías diferentes gracias a diez flautas. Cuando suena la melodía, el pájaro gira sobre sí mismo y abre el pico, agitando las plumas e hinchando el pecho, algo insólito en este tipo de autómata.

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Según la leyenda, Napoleón habría hecho montar este movimiento original en un gabinete Imperio para obsequiarlo a Catalina Wurtemberg, que se convertiría en Catalina Bonaparte, después de casarse con el hermano del ilustre emperador.

Además del talento original de Pierre Jaquet-Droz, la realización de este autómata reunió un grupo de artesanos altamente especializados, capaces de diseñar, realizar, coordinar y ajustar los movimientos horarios, la música y los autómatas. El péndulo del pájaro cantor es, por tanto, un testimonio auténtico del gran siglo relojero al que los Jaquet-Droz aportaron una importante contribución, no solo como relojeros sino también como empresarios. El péndulo también refleja la fascinación naturalista que caracteriza a este siglo.

La restauración, ya finalizada, ha vuelto a dar vida al movimiento, al pájaro, al bronce y al gabinete. La datación por dendrocronología del gabinete interno confirma que el péndulo está hecho de madera de píceas cortadas hacia 1754, lo que corresponde perfectamente a la actividad de Pierre Jaquet-Droz; el gabinete de caoba está construido sobre este primer soporte original. Las figuras de bronce, de inspiración Consulat para los bustos egipcios, las estrellas, las palmetas y los fusaroles, demuestran que el péndulo ha tenido varias vidas, a través de modificaciones que sus ilustres propietarios han aportado al gabinete.

El péndulo del pájaro cantor es exhibido actualmente en una exposición temporal, «Rêves en trois temps», del 26 de junio al 26 de agosto en el Museo internacional de relojería de La Chaux-de-Fonds y del 4 de septiembre al 28 de octubre en el Museo de arte e historia de Neuchâtel, antes de integrar las colecciones del Museo de relojería de Le Locle - Château des Monts.

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El reloj, que se conserva en el Museo de relojería de Le Locle al que regresará a principios de noviembre, ha sido completamente restaurado y, para preservar su funcionamiento y sus componentes, será accionado en escasas ocasiones, bajo una vigilancia estricta, para garantizar su longevidad. Con motivo de sus 280 años, el canto de este precioso pajarillo es el homenaje más hermoso que Jaquet Droz podía ofrecer a su legado.

“Some watches tell time, some tell a story”

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