En 2012, The Bird Repeater, que mostraba a una pareja de carboneros con su polluelo, pájaros que el fundador Pierre Jaquet-Droz apreciaba particularmente, volvió a utilizar los virtuosos savoir-faire de la marca, heredados del siglo XVIII y miniaturizados en este modelo excepcional. Un año más tarde, con motivo de los 275 años de la Casa relojera, el reloj The Charming Bird presentaba una nueva interpretación del pájaro, en esta ocasión cantor y con estilo contemporáneo.
La historia continúa con un nuevo modelo inédito de The Bird Repeater. Esta creación, más depurada y contemporánea, conserva intactas las animaciones que forjaron su éxito: una pareja de carboneros que da de comer a sus pequeños, el despliegue de las alas, la caída del agua de una cascada, la eclosión del huevo, etc. La naturaleza poética de este modelo sorprende aún más por los cambios estéticos que han aportado los artesanos de Jaquet Droz con el fin de modernizar su estilo.
Tras la esfera en cristal de zafiro, el mecanismo del autómata se «desviste» ofreciendo una mayor visibilidad de los detalles de las animaciones y desvelando los elementos del autómata en negro, antracita y gris. A través de esta profundidad y de este contraste cromático, se realza el trabajo de los artesanos, acentuando la minuciosidad de cada detalle – las plumas, los ojos, el perfil de los cuerpos, el flujo de agua – así como la delicadeza del grabado y la pintura.
Este nuevo The Bird Repeater existe en oro blanco con pulsera en piel de aligátor negra. Último testimonio del espíritu de Jaquet Droz, combinación entre tradición histórica relojera y diseño de vanguardia, The Bird Repeater Openwork está disponible en edición limitada de ocho ejemplares, cada uno dotado de 508 componentes.
Dándole valor a sus Ateliers d’Art, la Casa propone cuatro variantes de su Petite Heure Minute que rinden homenaje al signo de la rata. Este animal abre un nuevo ciclo en el calendario chino.
Jaquet Droz, cuyo compromiso con la promoción artística es legendario, ha decidido apoyar a Muga & Ghost, dos artistas de La Chaux-de-Fonds que durante tres años realzaron con su pintura enormes frescos murales en distintos puntos culturales y simbólicos del mundo.
Era una de las últimas complicaciones que el Grande Seconde aún no se había apropiado. Ya lo ha hecho: el cronógrafo monopulsador ha incursionado en las colecciones Jaquet Droz, dotado de un movimiento exclusivo. Una pieza inaugural en serie limitada que desde ahora se presenta en tres variantes en la colección permanente.